Nacen desde el ingenio y la labor de médicos, pacientes y trabajadores del centro asistencial. El mejor recibe un premio destinado a optimizar la atención en su sala. El sábado a la tarde será la evaluación de cada uno de ellos. La esperanza atraviesa como pocas veces en el año durante estos días los pasillos del hospital San Juan de Dios de La Plata. En las diferentes salas pacientes, enfermeros y médicos se arremangan para trabajar, todos juntos, en el armado de un pesebre navideño, dentro de un llamativo concurso que ya lleva 17 años. La competencia tiene un sentido absolutamente altruista y de mancomunión. Una comisión evaluadora, integrada por las Hermanas de la Misericordia e integrantes de la Cooperadora del hospital, el sábado a la tarde recorrerá todas las salas para observar cada uno de los pesebres y sacar una posterior conclusión. Uno resultará ganador. El premio también redundará en beneficios para la sala: consistirá en insumos o elementos que sean necesarios para optimizar la atención. “Esta es una tradición que se organiza todos los años. Participan la mayoría de las salas del hospital”, cuenta a Hoy la Hermana Beatriz, una de las encargadas de la organización. Además del premio que entregará la Cooperadora, las religiosas le darán un niñito Jesús y un Pan Dulce a cada uno de los internos. La posibilidad de realizar en Navidad una actividad que integre a los pacientes y sus familiares con el personal con el que conviven a diario fue una idea que surgió cuando distintos referentes de Acción Católica Argentina se hicieron cargo de la cooperadora. Esta tiene un rol más que activo en la vida cotidiana de la institución. Con el aporte de sus más de 400 socios y lo que se recauda con la venta de bonos contribución, el estacionamiento de autos del hospital y el lavadero de vehículos que administra, la entidad motoriza anualmente distintas mejoras para el centro asistencial. Como ejemplo están los 70 televisores que existen en las distintas salas y que fueron comprados hace algunos años. Uno de los primeros pesebres en terminarse fue el de la Sala 1° de Neumonología de hombres, donde trabajó hasta el encargado de la misma, el médico Edgardo Faccitieri. En otras dependencias hospitalarias, ayer seguían trabajando para terminarlos antes del sábado a la tarde. “Algunos no lo quieren mostrar hasta último momento, porque buscan un efecto sorpresa”, describieron ayer desde la Sala de Enfermería. El director del hospital, Guillermo Ciscatto, también participa de la actividad: evalúa, asigna un puntaje e integra la mesa que otorga el premio. El San Juan de Dios consta de siete salas y de dos pisos donde se ubica cardiología, unidad coronaria, terapia intensiva y recuperación. Este es el centro de referencia provincial para el tratamiento de enfermedades infecciosas.